domingo, 3 de julio de 2016

San Isidoro Obispo de Sevilla


San Isidoro de Sevilla (óleo de Murillo)

En el capítulo XVII del libro III de las Etimologías dice: «sin la música no hay disciplina perfecta; nada hay sin aquella. Porque hasta el mismo mundo, se dice, ha sido formado con cierta armonía de sonidos, y el mismo cielo tiene sus evoluciones bajo la modulación de la armonía de sonidos. La música mueve los afectos, provoca de diversas maneras el hábito del sentimiento. La música dulcifica el alma y el canto alivia la fatiga de todos los quehaceres. Templa la música los ánimos excitados, como se lee de David, que con el arte musical arrancó a Saúl el espíritu inmundo. La música aplaca a las bestias y hasta todo lo que hablamos y nuestra conmoción interior reflejada en el pulso, bien se ve que se asocia por el ritmo de la música a la virtud de la armonía».


San Isidoro de Sevilla