Sorprendía a cuantos le veían. Una maravillosa mezcla de
grandeza y humildad irradiaba de su entorno. Demasiado inteligente para no
reconocer su genio, no le concedía importancia. Creía que estudiar profundamente
bastaba para hacer de todo hombre un músico como él. «
si te esfuerzas como yo – solía decir a sus alumnos -
podrás tocar tan bien como yo».
Pequeña crónica de Ana
Magdalena Bach, siglo XVIII