lunes, 31 de marzo de 2014

Un imprescindible: “El sonido de Los Beatles”, de Geoff Emerick y Howard Masey

    Paradojas de la vida. Si hablara con el mago de la lámpara le pediría ser durante unas horas Geoff Emerick para descargar el disco duro de su memoria, plagada de recuerdos juveniles en los que aparecen cuatro veinteañeros de Liverpool enfrascados en sus genialidades. El autor de El sonido de Los Beatles, horrible apaño hispano que destroza el original Here, There and Everywhere de la edición británica, fue ingeniero de sonido del grupo más famoso del siglo XX entre 1966 y 1969. Vivió el giro copernicano de Revolver, la consagración del Pepper, las disputas del White Album y la rúbrica del Abbey Road, siendo pieza clave y fiel observador del auge que precipita la belleza de una decadencia gloriosa, inigualable por su anomalía, como si los discos no sufrieran los lógicos desencuentros propiciados por la madurez de George, Paul, John y Ringo.

    La mirada de Emerick es nostálgica, como si quisiera reflejar un tiempo perdido que nunca volverá. Da en el clavo porque su narración produce empatía con el lector, ansioso por aprender anécdotas que por su trascendencia adquieren carácter histórico. El libro es un viaje a una Arcadia mitificada que marca el ritmo evolutivo de la sociedad en los sesenta. En Abbey Road la magia surgió por imperativo. Cuando el autor del volumen que nos concierne ingresó en EMI todos sus empleados debían vestir acorde con los requisitos de la cadena laboral. Camisa blanca y pantalón negro para perpetuar un orden de falso comunismo en la pirámide capitalista de la música. Los discos se vendían con otra intencionalidad. Los artistas eran estrellas con limitaciones horarias y profesionales en las que el endiosamiento pop aún no había cobrado su dimensión actual. En este sentido el flechazo entre nuestro protagonista y su foco de atención es significativo. The Beatles en 1962 eran unos pipiolos que sólo ostentaban frescura a raudales, sin más. El trato que recibían era el propio de quien es contratado para desarrollar su empeño estipulado en un papel. Tocar, grabar y a casa. Gracias.

    Para cualquier aficionado devoto a los de Los Fab Four El sonido de los Beatles es un libro que no puede faltar en su estantería. Contiene informaciones de alguien que vivió el septenio dorado desde dentro, por lo que los datos, pese a su necesaria subjetividad, transmiten más, lo que se palpa en cómo Emerick nos cuenta las cosas. Es de agradecer que algunas editoriales españolas, y no precisamente las de más renombre, publiquen lo esencial de la bibliografía sobre el conjunto. Pasito a pasito los huecos van llenándose, pero seguirán con la abundancia de los de Blackburn, Lancashire, hasta que no veamos en nuestro país volúmenes del calibre de Revolution in the head de Ian MacDonald, The Complete Beatles Recording Sessions de Mark Lewisohn o Many years from now de Barry Miles.

Jordi Corominas i Julián
Revista de Letras