jueves, 27 de agosto de 2015

La música y el humor

El pasado viernes 21 de agosto falleció Daniel Rabinovich y en este espacio donde publico notas y cuestiones musicales no podía dejar de hacer mi humilde pero sentido homenaje


El viernes pasado, cuando leí del deceso de Daniel Rabinovich mientras miraba su foto sonriente posteada y reposteada una y otra vez en las redes sociales y la cantidad enorme de videos con los mejores momentos de su trabajo, no dejaba de pensar en lo maravilloso del trabajo de los buenos artistas y como se meten en nuestras vidas y las modifican. Daniel fue un excelente actor y cantante y un brillante humorista que con un solo gesto nos podía hacer partir de risa. Pero hay un centenar de buenos artistas y humoristas… ¿Por qué la muerte de Daniel me afecta tanto? Y la respuesta es simple: Porque Daniel Rabinovich fue integrante de Les Luthiers.

    Les Luthiers representa una de las manifestaciones artísticas más excelentes que ha dado el mundo cultural en la Argentina. Es claro que todos disfrutamos con los “chistes” y los remates de Daniel, pero atrás de ese chiste o gesto que nos hacía dar dolor de panza de tanto reírnos, hay un universo de trabajo y dedicación, de estudio y ensayo, de conocimiento y de un espíritu de superación. En medio de tanto producto “artístico” comercial, de plástico y berreta el trabajo y el arte de Les Luthiers brilla aún más.
Cualquiera que sepa algo (mínimo) de música se da cuenta que Les Luthiers pueden ser un coro, una orquesta o ambos simultáneamente y tocar música maravillosa de cualquier estilo o género. Cada sketch de Les Luthiers está estudiado hasta el más mínimo detalle y, de hecho,  creo que llamar “sketch” a cada número de los espectáculos de Les Luthiers es parte de la ironía que manejan, ya que esos números son piezas de música estupendamente realizadas e interpretadas.

    Gracias Daniel por tanto. Gracias por regalarnos tantos momentos de alegría y buena música. Gracias Les Luthiers por marcar el altísimo nivel que la música y el arte merecen.

    Carlos Núñez Cortés declaró: «ahora tendremos que aprender a jugar sin él» ¡Qué lindo ejemplo! ¡Qué espíritu jovial! Aún en medio del duelo por la pérdida de su amigo y compañero, siguen pensando en trabajar, producir y tocar… Los hombres excelentes nos enseñan siempre y de todas las circunstancias. Como músicos son modelo, como artistas son admirables y como personas son ejemplo.

Mr. ArzNova

viernes, 21 de agosto de 2015

Inspiración y técnica

    En la música, y de la misma manera que en la medicina, existen especialistas, cuya labor se limita a un sector determinado del arte sonoro. El músico folclorista aplica su actividad a la investigación, análisis y organización del canto popular. De otra parte, el musicólogo, y el musicógrafo tienden una red hacia la antigüedad y, desde así hacia nuestros días, van recogiendo datos, fechas, formas, teorías e infinitos elementos a cual más heterogéneos, que encauzan después de una corriente única, formando la historia del arte. Pero el compositor se mueve mucho más libremente; no es mi musicólogo ni folclorista; obedece a un impulso sobrenatural, que es la inspiración, y este elemento extra humano se alza sobre el pedestal de la técnica. Si en el proceso sentimental o imaginativo de su labor se haya la posibilidad de incluir un canto popular, el compositor busca para su obra aquello que más convenga al estado de su alma. He aquí porque siendo folclorista el músico creador, la incorporación del canto popular en la música organizada presente un estado caótico y se halla en pleno desbarajuste. 

Y vaya un ejemplo: Albéniz escribió una pieza para piano, perteneciente a la serie de Iberia y que, seguramente, todos conocemos: el corpus de Sevilla. Mañana luminosa, cases entoldado, flores, clarines, seises, luces, cantos religiosos, todo ello está maravillosamente escrito por Albéniz, pero el tema principal de la pieza es la tarara, y ya sabemos que la tarara se canta y se baila en la Nochebuena y delante del nacimiento.

sábado, 15 de agosto de 2015

Localizan el "oído absoluto"

LA GENIAL FACULTAD DE UNO DE'CADA 1.500 MÚSICOS


PARÍS (AFP). Un equipo de neurobiólogos descubrió que el llamado “oído absoluto” -que permite y permitió a unos poquísimos músicos geniales conocer una nota o las que componer un acorde- corresponde a una particularidad del cortex, generalmente hereditaria.



    Esta investigación divulgada por la  revista "Nature", fue realizada en Alemania por científi­cos del departamento de neurología del Beth Is­rael Hospital de Boston (EE.UU.), y contó con la colaboración de unos 60 músicos, de los cuales 11 fueron reconocidos como casos de "oído absoluto".



    Desde hace tiempo, la comunidad científica suponía que los músicos superdotados, capaces de identificar una frecuencia de hasta 16 notas por segundo -separadas o no- poseían una particulari­dad sumamente rara Y si bien la investigación no logró explicárosla singularidad, la localizó.


    Mientras que en el hombre común y corriente, es el hemisferio cerebral derecho el que intenta re­conocer una nota de música, en el músico con el oído perfecto, la zona equivalente se ha hiperatrofiado en el cerebro izquierdo. Precisamente, los estudios se realizaron sobre esta zona cerebral pa­ra evaluar esta lateralización, por medio de reso­nancia magnética.

    Sin embargo, no todo es cuestión de contextu­ras, ya que el estudio demuestra que si el oído no es estimulado y cultivado desde la niñez, tiene tendencia a desaparecer con la edad.


    Los científicos consideran que el "oído perfec­to" es un don rarísimo. Grandes músicos, como Vladimir Horowitz, trabajaron toda la vida para lograr identificar las notas, sin lograrlo. Mientras que otros, entre ellos Wolfang Amadeus Mozart, gozaron de este regalo desde que nacieron.


    Uno de los especialistas que más se interesó en este raro talento fue el psiquiatra norteamericano Joseph Profita, que descubrió a los! cinco años su oído absoluto, y se enamoró de la música. Según sus estudios, uno de cada 1.500 músicos goza del "oído absoluto".


    Para los que lo heredaron es una fuente de pla­cer increíble, pero también de sufrimiento, ya que cualquier nota en falso suma al poseedor del oído perfecto, en el peor de los tormentos.

sábado, 1 de agosto de 2015

El precio de ser el mejor



Mucho se ha escrito sobre Charly García. Libros, notas, reportajes, opiniones. Pero el verdadero artista se descubre únicamente en sus trabajos discográficos.

 

  


 La primera vez que escuché la música de Charly García me quedé sin respiración. Desde mis 13 años no podía creer que fuera posible que una persona tuviera dentro de sí  tantas melodías, tantas armonías, tanta música. Durante toda mi niñez había escuchado a mis mayores decir: “ese loco se baja los pantalones en el escenario”. Para mí era un chiflado que se pintaba el bigote de dos colores. Claro, como el niño que era, lo que se decía en casa era real. ¡Cuánta ignorancia! Por eso cuando escuché por primera vez la música de ese “chiflado” me quedé sin palabras... No podía ser que una persona fuera de sus cabales hiciera la música que yo estaba escuchando. 


    A partir de ese momento mi avidez de música me llevó a buscar, investigar, comprar o conseguir y todos los trabajos discográficos que fuera posible. En una época sin internet los cassettes se podían copiar, pero conseguir una grabación decente y en buen estado era todo un problema. Gracias a una enorme suerte, el primer trabajo que escuché de Charly fueron las canciones que hizo con Sui Generis. De ahí en más todo fue descubrir, para mí,  la evolución musical de Charly. Ha pasado mucho tiempo desde ese 1990 cuando escuché por primera vez “Canción para mi muerte”, pero el proceso de descubrimiento no ha terminado, con la enorme ventaja que me dan la independencia de pensamiento y mi formación musical.


    Toda la carrera de Charly es una constante superación de lo anterior. Cualquier persona que escuche con atención los discos de Sui Generis podrá observar que el nivel de elaboración de “Vida” no es el mismo que “Pequeñas anécdotas sobre las instituciones”. Lo maravilloso de Charly es que cada nuevo trabajo supera al anterior pero no lo opaca, no le quita mérito. Y así pasa con La máquina de hacer pájaros, Serú Giran y toda su enorme carrera solista. Ese constante superarse le costó muy caro, un precio que pocos estarían dispuestos a pagar.


    El mismo año que yo “descubría” quien era realmente Charly García, él estaba preparando lo que para mí fue su “Everest” musical. El trabajo en donde se nos daría a conocer maduro, altamente perceptivo, con un conocimiento y un manejo de la melodía, la armonía y el ritmo inéditos en el denominado “rock nacional”. La etapa iniciada en 1987 con “Parte de la religión”, la que se prolongó a través de “Cómo conseguir chicas”, concluye en 1990 con “Filosofía barata y zapatos de goma”. Esa increíble y enorme producción musical. 


    De ahí en más los proyectos de Charly iban a verse de una u otra manera truncados o entorpecidos y estropeados, incluso por él mismo. Sólo para ilustrar la idea, nombro a los dos proyectos que siguieron a “Filosofía”: “Tango 4”. Disco que oportunamente iba a ser grabado por Pedro Aznar, Gustavo Cerati y Charly (Se iba a llamar Tango 3, pero los proyectos de Soda Stéreo hicieron que Gustavo no pudiera ser de la partida); y la reunión de Serú: Un disco en estudio, una gira de cuatro shows, y un disco doble en vivo que terminó de mezclarse en 1993. Los conciertos dejaron mucho que desear; Charly parecía haber perdido el interés sobre el escenario y saboteó, quizá sin darse cuenta, el mágico momento del reencuentro. 


    ¿Qué pasó? ¿Lo que vino después fue una carrera en bajada al delirio musical? ¿Finalmente la vida de excesos terminó con la creatividad? Sinceramente no lo creo.
Pienso que él decidió irse. ¿Qué hacer con un talento extremadamente más sensible que el del ser humano promedio? ¿Qué hacer con un oído que logra escuchar la nota exacta de una bocina de un automóvil, viviendo en el medio de la ruidosa ciudad? ¿Qué hacer si él ve, pero nadie quiere entender lo que anuncia de una manera espeluznantemente cierta? « ¿Será como yo lo imagino o será un mundo feliz? » « Estamos en la tierra de todos, en la vida. Sobre el pasado y sobre el futuro, ruinas sobre ruinas…» «El silencio tiene acción, el más cuerdo es el más delirante» «No conozco a nadie, y todos saben de mi, pero es así… fantasy es ilusión porque nunca hay nadie alrededor» ¡SAY NO MORE!


    Se construyó un lugar a su medida. Un mundo paralelo que actuaba como un refugio de la mediocridad cotidiana. El nombre de “no digas más” podría interpretarse como un pedido desesperado de un ser en extrema agonía: ¡por favor, cállense!


    De alguna manera no puedo dejar de compararlo con otro extraordinario creador, cuya desilusión generada por la traición de “su líder libertador” lo empujó a aislarse de la sociedad que lo había decepcionado. Cuando en 1804 Napoleón se auto proclama emperador, Beethoven borra el titulo de su sinfonía nº 3 que se llamaba “Bonaparte”, y la re bautiza “Heroica”. A partir de ese momento incipiente sordera, que ya había comenzado en 1801, se acelera de una manera tal que los últimos años de su vida estuvo encerrado en su propio silencio perpetuo.


    Charly no se quedó sordo, pero sin duda esa realidad paralela que él llamó “say no more”, fue su manera de escaparse. Fue el fabuloso precio que pagó por ser el mejor. Es cierto que su actual estado de salud es una consecuencia de sus adicciones y de una vida desordenada, pero ¿no es acaso esa actitud de autodestrucción una manera de consumación? 


Mr. ArzNova