lunes, 30 de mayo de 2016

El piano en Liszt



El piano es para mí como la fragata para el marino, o el corcel para el árabe, y mucho más; porque en el que tenido hasta hoy mi palabra, mi vida y un íntimo depositario de todo cuanto agitó mi cerebro. Para mí es enorme la importancia del piano; me tiene atado por cadenas que no podría romper jamás. en mi opinión, ocupa el más alto puesto entre la numerosa familia de los instrumentos musicales. Es el más completo de todos y el único que progresa y se perfecciona cada día. Su extensión es de más de siete octavas, sobrepasando, pues la de la orquesta. Los diez dedos de un hombre bastan para manejar este rico material sonoro, mientras que la orquesta necesita del esfuerzo de cien ejecutantes. Se pueden imitar en él los acordes del arpa, cantar como los violines, hacer estacatos, ligar y ejecutar sobre el mismo, cientos de ataques que antes no era posible sin el auxilio de numerosos instrumentos. Además el piano tiene más que ningún otro instrumento la posibilidad de participar en la vida del hombre, a pesar de sus rasgos tan personales.


Liszt, Gazette musicale, 1837


domingo, 22 de mayo de 2016

Testamento de Beethoven (fragmento)




«…Nacido con un temperamento ardiente y activo, susceptible aun de los deleites de la vida social, he tenido que apartarme prematuramente de los hombres para llevar una vida solitaria … ¿cómo podría haberme resignado fácilmente a la debilitación de un sentido que tenía para mí un valor mucho más alto de que podía tener para otro cualquiera…? ¡Oh, no me era posible tolerarlo! Perdonadme, pues, si vivo apartado de vosotros, cuando mi gusto sería compartir vuestra compañía. Mi desgracia es doblemente dolorosa, viendo que es el motivo de que no se me comprenda. No puedo encontrar goce en las relaciones humanas, ni en las conversaciones, ni en las mutuas efusiones con mis semejantes. Debo de vivir en la soledad más espantosa. Cuando me acerco a una tertulia me sobrecoge el angustia de que puedan advertir mi sordera… ¡qué humillación para mí cuando alguien escuchaba a lo lejos una flauta, cuyas notas yo no podía oír, cuando no podía escuchar el canto del pastor que otros lograban oír! Estas desgracias me llevaron al borde de la desesperación.


¡Oh Dios, que ves en el fondo de mi corazón, que sabes de mi amor hacia los semejantes y el anhelo que tengo de hacer bien! Los que algún día leáis esto, pensad que habéis sido injustos conmigo y que el hombre que parecía tosco y rudo fue un desgraciado que, a pesar de todas las trabas de la naturaleza, hizo cuanto pudo para ser digno de la alta misión del artista y del hombre…»

Ludwig van Beethoven

domingo, 15 de mayo de 2016

El trabajo y la voluntad de Bach




Sorprendía a cuantos le veían. Una maravillosa mezcla de grandeza y humildad irradiaba de su entorno. Demasiado inteligente para no reconocer su genio, no le concedía importancia. Creía que estudiar profundamente bastaba para hacer de todo hombre un músico como él. «si te esfuerzas como yo – solía decir a sus alumnos -  podrás tocar tan bien como yo».

Pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, siglo XVIII