martes, 13 de febrero de 2018

Cuando el mundo tira para abajo



«Rompe las cadenas que atan a la eterna pena de ser hombre y de poseer es un paso grande en la ruta de crecer» Charly García

Hace mucho tiempo, cuando aún era un estudiante secundario, mi profesora de música nos trajo para cantar y analizar un coral del compositor del prerrenacimiento español Juan del Encina titulado “Hoy comamos y Bebamos”. Este villancico nos narra con cierto humor y picardía como muchos fieles se empecinaban en comer con glotonería antes del miércoles de ceniza, dado que muchos durante los cuarenta días de la cuaresma no tomaban más que pan y agua.

Letra Original: 

Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos.

Por honra de Sant Andruejo, parémonos hoy bien anchos,

embutamos esos panchos, recalquemos el pellejo,

Que es costumbre de concejo, que todos hoy nos hartemos, que mañana ayunaremos.

Honremos a tan buen santo porque en hambre nos acorra,

comamos a calca porra, que mañana hay gran quebranto.

Comamos, bebamos tanto, hasta que nos reventemos, que mañana ayunaremos.



Queda bien claro que más allá de la música en sí, hay un mensaje evidente tras el sarcasmo del poeta. Es una clara alusión a los excesos previos a los sacrificios cuaresmales, una constante que se encuentra en toda cultura del mundo cristiano. Las fiestas de carnaval, sin ir más lejos, son un ejemplo de cómo, dependiendo de la cultura, los pueblos viven cuatro días de desenfreno total antes de la preparación para la Pascua.

Sin embargo, la fe bien vivida, con espiritualidad y compromiso, hace que uno entienda los sacrificios cuaresmales de una forma totalmente distinta. La cuaresma nos propone ejercicios físicos y espirituales para celebrar dignamente el misterio pascual. Es obvio que si uno no cree o no es cristiano es una cosa totalmente inútil e inentendible, pero para los creyentes es algo fundamental, ya que la Pascua es la fiesta más importante del mundo cristiano.

Para expresar esta idea voy a utilizar una frase de otro gran compositor que escribió: «cuando el mundo tira para abajo lo mejor es estar atado a nada» y es justamente así como yo lo entiendo. El mundo tira solo para abajo, la ley de la gravedad es reflejo de esta idea. Pero no solo fisicamente, las situaciones cotidianas nos dan cuenta de eso: violencia, miedo, odio, mal estar, depresión, etc. El que tiene se aferra a lo que tiene por miedo a que se lo quiten; el que no tiene quiere tener (y muchas veces a cualquier precio) y sin que nos demos cuenta eso que tenemos o queremos tener nos atan a la tierra con cadenas que no se ven y nos hacen esclavos de las cosas.

La cuaresma en una invitación a soltar, para estar más livianos, para no quedar encadenados o aferrados a las cosas del mundo, porque tarde o temprano el mundo tirará para abajo y nos arrastrará con él.

Buscar estar liviano, sin estar atado a nada, para elevarnos, dejarse llevar hacia lo alto con la grandeza y la tranquilidad de haber sabido soltar, de saber dejar ir. Otro gran compositor escribió «saber decir adiós es crecer»

La cuaresma bien entendida invita, libera, nos hace más livianos y menos mundanos, nos hace crecer.

Mr. ArzNova